martes, 11 de junio de 2013

LA GRADA OPINA...


LA TEMPORADA DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL AFICIONADO

Cuando a finales de agosto del año pasado, en los albores del verano gijonés, daba comienzo la temporada 2012-13, en el seno de la afición rojiblanca había, por qué no decirlo, un halo de esperanza, un deseo de que el paso por la 2ª división fuera lo más efímero posible, de sólo una temporada; se creía que podríamos demostrar sobre el terreno el hecho de tener uno de los presupuestos más altos de la categoría. Más adelante se vio que era simplemente eso, un deseo.

Se iniciaba un nuevo proyecto, con un nuevo equipo técnico y se volvía a confiar, después de 7 años en un hombre de la casa para dirigir al equipo, Manolo Sánchez Murias. Ese hecho, el volver a confiar en técnicos de Mareo, también gustaba.

Por otro lado, otra parte de la afición, lo veía más crudo, dudaban de la capacidad de Manolo debido a su corta experiencia como entrenador en el fútbol profesional: una temporada incompleta en el Rácing de Ferrol en 2ª B, como continuación a su faceta de jugador en dicho equipo, y otra temporada en el Sporting B, también en 2ª B. Otros se preguntaban por qué, si se quería un técnico de la casa, no se había confiado en Abelardo, que la temporada anterior había sido segundo entrenador en la etapa de Clemente.

Algunos más, pedían que se hubiera dado las riendas del equipo a alguien más experimentado, con más carácter y poso, para dirigir un equipo recién descendido y con un vestuario no tan unido como se quería dar a entender por parte del club.

Ufff. ¿Hasta cuándo llegaré?
Por otro lado estaba la plantilla, con las bajas importantes de los otrora: Botía, André Castro, Rivera, Eguren, Colunga, del auto-defenestrado Barral y de los menos habituales Damián, Ayoze, Luis Morán y Gálvez. Las caras nuevas: Mandi, David Rodríguez, Carmona, Sergio Fernández y Hugo Vieira, junto al ascenso del filial de Landeira, Luis Hernández y Alex Barrera. A las claras, más perdido que ganado.

A todo esto, le daría o quitaría razones, ese inescrutable juez que es el tiempo; eso sí, lo haría más pronto que tarde, más bien demasiado pronto.

He aquí lo que fue esta temporada 2012-13 desde el punto de vista de un aficionado de la grada, de la calle, de un sportinguista más.

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DECEPCIONANTE INICIO

Se iniciaba la temporada en Soria, en lo que resultó un partido decepcionante y una vuelta a ese equipo desganado y sin espíritu, que tantas veces habíamos tenido que sufrir jugando fuera de casa. Con un bagaje de dos puntos en 5 partidos, con un Sporting sin una alineación base y cambios continuos jornada tras jornada, que no mostraba ningún patrón de juego claro, nada más que pelotazos a los delanteros a ver si la pillaban y una defensa cometiendo error tras error, se empezaba a crispar el ambiente y a decantar la balanza hacia el lado de los que dudaban de Manolo. Si a eso sumamos, la deficiente preparación física de la pretemporada, manifestada en la lesión de Lora desde el principio de temporada, el cuerpo técnico ya se encontraba en el disparadero.
En los siguientes partidos, pese a las victorias en el Templo ante Alcorcón y Villarreal, la pésima imagen mostrada en las derrotas ante Girona y Barca B, con una debilidad defensiva pasmosa, desencadenaron lo que ya era un hecho desde hacía semanas, la rescisión del contrato a Manolo, que se había retrasado más por la falta de un sustituto que por la toma de la decisión.

ILUSIONANTE NUEVO COMIENZO… 

Finalmente el elegido para sustituir a Manolo fue José Ramón Sandoval, cuya experiencia se ceñía a haber ascendido desde Segunda y luego mantenido en primera al Rayo Vallecano. Su debut fue en el Molinón ante un Almería que venía en puesto de ascenso directo. Lo que propuso Sandoval a su llegada fue que se iba a mejorar el trato al balón, que quería que se sacara jugado desde atrás, sin pelotazos, y, claro para este cesto faltaban mimbres. La pareja de centrales Iván y Gregory con Mandi por delante provocaron muchos sustos y pérdidas en posiciones muy peligrosas. Lo que sí se apreció fue una mayor intensidad en el juego, lo cual podría ser esperable para agradar al nuevo míster.
Un detalle de este partido, que hizo ver con qué poco se conforma esta afición, fue la ovación cerrada que se ganó el míster cuando al saque de un córner por parte almeriense, los tres delanteros se colocaron en la línea del centro del campo; detalle cara a la galería que duró un partido (tampoco podría durar más, a qué equipo visteis hacer algo así).
La victoria en Valdebebas (marcada por una tontería de Jesé – cuanto aspirante a figurín pero con cabeza hueca, imitador de otros y sin personalidad propia) parecía que refrendaba la mejoría.


…DE MUY CORTA DURACIÓN

Pero no fue más que un espejismo y 4 puntos en los siguientes 6 partidos, volvían a dejar al equipo en los puestos bajos de la tabla. Entre esos partidos, una derrota en el Molinón ante la Ponferradina que nos ganó con muy poco y cuántas y cuántas veces repetimos esto a lo largo de la temporada, puntos perdidos ante equipos a los que no les veíamos nada; ¿no sería que teníamos que asumir que si ellos tenían nada, nosotros teníamos un poco menos?

Por cierto, ese partido se jugó en un viernes de noche, con mucha menor asistencia de ponferradinos de la esperable: señores dirigentes, no os estáis dando cuenta de que vais a acabar con las aficiones con estos horarios; queremos que vuelva el fútbol de las cinco de la tarde del domingo, y el marcador simultáneo y el Carrusel Deportivo.

En este periodo de tiempo, ya se vería que acertar una alineación de Sandoval iba a ser más tarea de adivinos que de futboleros, y cada semana nos deleitaba con alguna sorpresa.


ACIERTO INVERNAL

Uno de los pocos detalles positivos de la temporada fue el movimiento de jugadores en el mercado invernal. Por un lado la limpieza realizada con la baja de dos jugadores como De las Cuevas y Carmelo, auténticas cargas negativas en el vestuario sportinguista, por su falta de implicación y compromiso con estos colores y por su halo de figuras engreídas. No volváis ni de visita.
Cristian Bustos
Por otro lado, las cesiones de Bernardo y Cristian Bustos, que mejoraron enormemente la calidad del juego defensivo, con argumentos tan simples como buena colocación, claridad en la toma de decisiones y la garra y pundonor tan necesarios en el fútbol. Y también positiva la subida de Borja López al primer equipo, un jugador con un futuro muy prometedor, pero necesitado de minutos junto a jugadores ya forjados en la categoría.
Tema aparte el de Javier Casquero, cuya fichaje suscitó mucha polémica entre la afición, debido a su edad, a su posible vinculación con Doyen Group a través de su representante Juanma López y a la no intervención de Sandoval en la toma de la decisión. Mi opinión fue desde el principio que aportaría la veteranía, el poso, el saber estar necesario, sobre todo en la parcela central, para tomar decisiones durante los partidos. Pero todo eso no lo pudimos ver hasta que la temporada estaba ya decidida, y perdida, para el Sporting. Incomprensiblemente Sandoval no hizo uso del talaverano en los momentos en que hubieran sido necesarias sus características.

RENACEN LAS ESPERANZAS

Sporting-Castilla
Tras una serie de partidos irregulares, predominando los empates (y una derrota contra el Racing en el Molinón de la que hablaremos más adelante) y moviéndonos por los puestos medios de la tabla,Lugo, con apoyo de la afición en los exteriores del Anxo Carro, refrendada con la de dos jornadas después en Alcorcón, gracias al partidazo del Pichu Cuellar. En ocho partidos se consiguieron 6 victorias (tres a domicilio) contra dos derrotas, con partidos como el del R. Madrid Castilla en un Molinón que cosechó su mejor entrada, ganado a base de pundonor y coraje. Uno de los aspectos que contribuyó a esta racha fue la continuidad del once titular, parecía que Sandoval había dado con la tecla.
llegó una racha que nos hizo estar cerca de los puestos de promoción. Todo comenzó con una victoria en Lugo, con apoyo de la afición en los exteriores del Anxo Carro, refrendada con la de dos jornadas después en Alcorcón, gracias al partidazo del Pichu Cuellar. En ocho partidos se consiguieron 6 victorias (tres a domicilio) contra dos derrotas, con partidos como el del R. Madrid Castilla en un Molinón que cosechó su mejor entrada, ganado a base de pundonor y coraje. Uno de los aspectos que contribuyó a esta racha fue la continuidad del once titular, parecía que Sandoval había dado con la tecla.

VUELTA A LA CRUDA REALIDAD

Pero llega el fatídico partido de Sabadell y la historia repetida en enésimas ocasiones de encajar goles en los primeros minutos, y con los jugadores dando una imagen de desgana y falta de implicación que no está a la altura del centenario escudo que llevan en el pecho. Se arregla momentáneamente con una victoria en casa ante un insulso Guadalajara y llega el partido de Ponferrada, en el que una victoria nos hubiera metido de lleno en la lucha por el play-off. Un día en que la localidad leonesa y el estadio del Toralín se tiñeron de rojiblanco y el equipo volvió a no dar la talla, a pasearse por el campo temerosos, sin dar la impresión de jugarse lo que se jugaban, sin nadie, una vez más que se echara el equipo a la espalda y demostrara la grandeza de la entidad a la que representan.
En Ponferrada se acabó la temporada rojiblanca, la que muchos habían dado por acabada ya en la jornada 1 y otros no lo hicieron hasta que lo ratificaron las matemáticas. Y junto a ello, llegó la fractura definitiva de la afición con el equipo, que ya venía germinando desde jornadas atrás.

FRACTURA CON LA AFICIÓN

Varios hechos acaecidos durante el tramo final de la temporada hicieron que una gran parte de la afición sportinguista se manifestara en contra tanto del máximo accionista José Fernández como del consejo de administración presidido por Manuel Vega-Arango, antaño presidente del mejor Sporting de la historia (quién te ha visto y quién te ve, amigo).
Tras la derrota en el Molinón ante el colista Racing de Santander, en la jornada 24, en que los jugadores y los dirigentes fueron despedidos con una sonora pitada, se convocó a través de las redes sociales una concentración de aficionados en Mareo para poder manifestar la disconformidad de un modo más cercano. Y cuál es la respuesta de club: cerrar las puertas de la Escuela de fútbol de Mareo, de propiedad municipal, a la afición del Sporting, a la misma que la mantiene con sus impuestos y, de modo más directo, con sus abonos, entradas, etc. No se daban cuenta, pero estaban desencadenando una guerra.
El partido contra el Hércules en el Templo marca otro momento determinante, ya que tras la derrota en Ponferrada el equipo es recibido con una pitada por buena parte de los espectadores presentes (ya en número inferior a jornadas anteriores); pitada que se mantuvo a lo largo del encuentro y se hizo unánime a la conclusión del mismo tras una sonrojante derrota. Es cierto que el apoyo del público es muy importante para ayudar a los jugadores a ganar los partidos, pero ellos mismos con su actitud se ganaron esta pitada.
Así llegamos al siguiente partido en el Molinón, contra el Córdoba. La afición, encabezada por el grupo Ultra Boys había convocado una manifestación previa al partido en Casa Aurora, para posteriormente acercarse a la puerta cero y continuar con la protesta de modo pacífico. Recordemos que las manifestaciones en contra del Consejo en la puerta cero ya habían empezado en el partido ante el Elche (jornada 26). Todo transcurría con normalidad y, ante el aburrimiento del partido, los UB decidieron recorrer distintos puntos de la grada, mediada la segunda parte para animar al resto, profiriendo gritos en contra de la directiva. Al finalizar el partido, y sin saberse muy bien por qué, las Fuerzas de Seguridad cargaron contra los UB en el Fondo Joven y tras el partido, un grupo de radicales intentó acceder al aparcamiento situado en los bajos del Molinón y como resultado un empleado de la seguridad del club resultó herido. Violencia llama violencia y mi opinión personal es que nunca se debe de usar la violencia para conseguir nuestros objetivos, tanto en el fútbol como en cualquier aspecto de la vida.
En el último partido en casa, contra el Recreativo, se organizó una manifestación por parte de Ultra Boys, Unipes y Tu fe nunca decaiga, a la que asistieron unas 2500 personas que de modo pacífico y dando un enorme ejemplo de civismo, llegaron a la puerta cero y una gran parte de ellos se quedaron en esa zona durante el transcurso del partido, sin acceder al Molinón. Esta ha sido una de las estampas más tristes que he vivido en el Templo, ese fondo sur vacío, lo cual debería de hacer reflexionar a la directiva acerca de por qué se ha llegado a esta situación; no creo que a ellos les guste perder el apoyo de la afición, con la que se han llenado tantas veces la boca, alardeando de mareona.

RESUMEN
Con todo ello, se llegó al final de una temporada que puede considerarse de fracaso absoluto, con una planificación de la plantilla y de la pretemporada desastrosa, con un comienzo de liga lamentable, un cambio de entrenador que mejoró lo anterior pero no consiguió su objetivo, ni dar la regularidad necesaria al equipo, cometiendo errores de bulto y tratando de justificar lo injustificable y vendiendo humo en sus ruedas de prensa; y un final que nos está avisando de lo que le puede pasar a este equipo si no se ponen soluciones rápidas en la gestión. De todos los activos de este club, el más preciado es su afición y están haciendo todo lo posible para perderla.

SEÑORES DEL CONSEJO: DEJEN YA DE ENGAÑARNOS Y JUGAR CON NUESTRO DINERO Y NUESTROS SENTIMIENTOS.
DUEÑO DEL CLUB: SI DE VERDAD QUIERE A ESTE EQUIPO, TOME DECISIONES, BUSQUE GESTORES ADECUADOS QUE SEPAN Y BUSQUEN LO MEJOR PARA ESTA ENTIDAD CENTENARIA Y SI NO LO HACE VAYASE DE UNA VEZ Y NO VUELVA NUNCA JAMÁS. 

Y el año que viene, lo que deberíamos de exigir es… bueno eso lo dejaremos para un próximo artículo.
¿y ahora que les cuento yo a estos mientras me tomo una sidrina?


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Por Antonio Tobías

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