No es difícil toparse con
Alen Halilovic (Dubrovnik, Croacia, 1996) paseando tranquilamente por
las calles de Gijón en un día cualquiera. «Se implica mucho con lo que
hace y le gusta asumir la cultura de los sitios en los que está. Me reí
mucho, de hecho, con el vídeo del escanciado y luego con la celebración
que hizo tras su gol en el partido frente al Málaga. Alen es vivo,
inteligente y muy, muy normal». Así resulta el pequeño 'crack' del
Sporting, definitivo en la victoria del domingo, a ojos de Zoran
Stojadinovic, el agente que ha guiado su carrera profesional desde 2013,
cuando todavía residía en Croacia. Aunque ya le había echado el ojo
mucho antes, mientras 'Guajilovic' o 'Alien', sobrenombres que empieza a
recibir en la ciudad, destrozaba cinturas en el filial del Dinamo
Zagreb.
Plenamente adaptado a Gijón, el pequeño genio de Dubrovnik
(mide 1,70 metros y pesa 63 kilos) completó el domingo su faena más
redonda desde que llegase al Sporting. Marcó el gol de la victoria,
estrelló dos balones en el larguero -uno gracias a una 'parada' de
Weligton que debió ser castigada con un penalti- y terminó enloqueciendo
a los futbolistas que dirige Javi Gracia, incapaces de frenar su
descaro en Primera.
El primer escanciado en el templo de Halilovic, que no será el último... |
«Es un chico normal, como cualquier chaval de su edad, y
creo que no es del todo consciente del gran talento que tiene y de las
posibilidades que se le pueden abrir en el futuro. Todo lo que ocurre es
normal para él. Estuve paseando con él por Gijón y, aunque le paran con
mucha frecuencia, él no se ve como alguien fuera de lo común. Eso es
muy importante y muy valioso», concluye Stojadinovic desde Belgrado. Lo
secundan en Mareo, donde le definen como alguien «animoso, bromista y
extremadamente educado», aunque también le atribuyen un punto de
timidez, incluso de vergüenza ante sus comparecencias públicas, rasgos
comunes en un chaval de 19 años.
«Se implica mucho con lo que hace y le gusta asumir la cultura de los sitios en los que está»
Su círculo de confianza no se ha resquebrajado con su
crecimiento mediático, exagerado después de que él mismo anunciara a
través de su cuenta de Instagram, el 28 de febrero de 2014, su fichaje
por el Barcelona, que pagó 2,2 millones de euros por hacerse con sus
derechos en propiedad. Hace unas semanas pasó unos días con él en Gijón
-reside en un piso de Viesques con su novia y habitualmente hace la
compra en el Alimerka de El Molinón- un amigo suyo de la infancia. «Su
gente es la de toda la vida», sostienen desde su entorno, que se ha
incrementado a su paso por Gijón. En el vestuario de Mareo ha hecho
buenas migas con todos, especialmente con Sanabria y Bernardo.
Hijo de Sejad Halilovic, un centrocampista que tuvo un paso
muy fugaz por España, por el Valladolid, en la temporada 1995-1996, todo
lo que rodea a Alen tiene que ver con el fútbol. Desde que era un niño.
En Zagreb, por ejemplo, vivía en una urbanización muy cerca de
Maksimir, el estadio del Dinamo. Creció en sus alrededores y respiró
desde muy pronto una atmósfera profesional. Y sus dos hermanos, Dino y
Damir, menores que él y que siguen sus pasos, también. Interviene Mate
Bilic, uno de sus grandes apoyos en Gijón y con el que habla casi todas
las semanas. «Alen era un jugador muy destacado en todas las categorías
inferiores del Dinamo, de mucho desequilibrio. Es muy bajito, especial, y
cuando el Barcelona le fichó está claro que fue por algo. Es diferente y
me alegro mucho de que le están saliendo las cosas bien», remacha el
exfutbolista del Sporting.
Una imagen tomada por el fotógrafo Srdjan Vrancic ilustra
perfectamente el elevadísimo ritmo al que crece Halilovic. En esa
fotografía, el ahora futbolista del Sporting tiene 16 años y el lógico
físico de un niño, que todavía mantiene con 19. Estrecha, entre la
admiración y el asombro, la mano del gigantón Zlatan Ibrahimovic tras un
Dinamo Zagreb-París Saint Germain de la Champions. El sueco pasa por
delante de Alen como si no reparara en su presencia ni en su genio.
Tres años después de aquella secuencia, Halilovic es un
descarado debutante en Primera, aunque los más experimentados piden un
poco de calma y tiempo para poder adivinar qué será de él en los
próximos años. «Tiene que crecer», recuerda Joaquín Alonso. «El domingo
lo hizo muy bien y fue clave en momentos decisivos del partido. Apunta
alto. Es muy habilidoso, en la zona de finalización crea incertidumbre
porque tiene buen regate y es un gran pasador, pero hay que darle
tiempo», insiste el histórico capitán del conjunto rojiblanco. «Siempre
quiere el balón», abunda Abelardo. Como los grandes genios del fútbol,
espontáneos y cómodos con los momentos decisivos del espectáculo.
Una joya de jugador
«No he podido ver mucho al Sporting este año, pero sí en el partido
frente al Málaga. Me sorprendió la calidad que tiene Halilovic, pero hay
que ir a paso a paso con él porque es un chaval muy joven. Hay que
darle tiempo y ha ido al equipo perfecto para ello porque está en un
grupo muy joven, lleno de chavales como él. Vamos a ver cómo va la
temporada y a partir de ahí, cuando se curta en Primera, veremos si está
maduro para jugar en un equipo como el Barcelona», observa Julio
Salinas.
En la Ciudad Condal no le pierden de vista. «Es una joya de jugador,
con muchísima calidad. Tenía que encontrarse con un entorno favorable
para mostrar todo su talento y lo ha encontrado en un club como el
Sporting, con tanta juventud y que apuesta mucho por él», resume Pep
Muñoz, ayudante de Jordi Vinyals la pasada temporada en el Barcelona B.
La Eurocopa, una de sus grandes motivaciones esta temporada, asoma al
final del curso. «La selección croata tiene ahora mismo un once ya
definido y a los entrenadores les cuesta mucho poner un jugador joven
entre ellos, pero si hay justicia futbolística tiene que ir», avisan
desde su entorno. ¿Y podrá seguir otro año más en el Sporting? «Lo
lógico es que le repesquen si sigue así, pero el Barça es un club grande
y vamos a ver qué pasa».
Fuente: El Comercio Digital