EL ACCIONARIADO POPULAR: soñar en el alambre
la afición exige libertad | internet |
Ante el incierto futuro del Real
Sporting, ante la negociación con
inversores que parecen muy interesados en su compra, ante el
cabreo creciente de los aficionados que no ven echada a la familia Fernández y
no ven llegar a ninguno de esos inversores, ha surgido en las redes sociales un
movimiento que postula como solución idónea, la compra de las acciones por el aficionado de la calle con un límite
por cantidad para evitar accionistas mayoritarios. Establecer, en definitiva,
la filosofía del socio que decidía antaño sobre su club. Antes bastaba un
carnet de socio para votar en las asambleas, ahora serían unas pocas acciones
que harían a todos los propietarios más o menos iguales.
La filosofía es ideal pero, desde
mi punto de vista, se queda en una teoría irrealizable, en una manera de soñar
que la realidad nos rompería el último día del plazo para comprar esas
acciones, cuando el número de compradores y de capital aportado no fuese el
esperado. Observemos lo sucedido en el vecino equipo del Tartiere. Tras un
movimiento frenético en los medios, en las redes sociales, unos 20.000
accionistas aportaron unos 2 millones de euros de capital social. Apareció el
grupo Carso y aportó otros 2 millones. Hace pocas semanas inyectó otros 3
millones de euros más. Si no hubiese aparecido este grupo inversor, a pesar del
movimiento popular, el Oviedo hoy sería historia.
El Real Sporting tiene que hacer
frente a una deuda que más o menos sitúan todos en torno a los 40 millones de
euros. Negociable su pago seguramente pero que toca pagar antes o después.
Además hay que hacer frente a los gastos del mes a mes para que esa deuda no
siga creciendo de manera eterna. Si mañana se procede a una venta de acciones
de los propietarios actuales y a una ampliación de capital seguro que muchos
aficionados comprarían acciones, pero la cuestión es ¿los suficientes
accionistas para inyectar en pequeñas cantidades el suficiente capital que
necesita el club? Desde mi punto de vista no. Puedo estar equivocado pero creo
que andaríamos a carreras los últimos días para encontrar al “Carso” de turno
que aportara el resto.
el menos "querido" | internet |
Estamos en una situación que no
permite fallidos, donde no hay tiempo para fracasar en una solución y pasar a
otra a continuación. Estamos sin tiempo, por lo tanto, lo menos arriesgado es
un inversor serio y comprometido que aporte ideas, dinero, estabilidad y sobre
todo, sentido común. Con más sentido común cuanto mejor estaríamos ahora.
Depender de la solidaridad de muchos pocos puede ser un camino frustrante. Sucede esto muchas veces. Creemos en la necesidad de
salvar una entidad, de ayudar a un colectivo, de colaborar con un proyecto
interesante pero cuando toca rascar el bolsillo, unos justificadamente, otros
no tanto, al final te dejan colgado del alambre y soñar en él no es imposible
pero tampoco es aconsejable
by Roberto S Fedz.