miércoles, 5 de marzo de 2014

ASCENDER, PESE A SANDOVAL

Transcripción literal del artículo del periodista Carlos Llamas publicado en su blog

El Sporting podrá ascender a Primera, pero en un sector del sportinguismo ya se ha rechazado cualquier mérito de su entrenador en la posible consecución del objetivo. Sandoval no ascenderá, sólo será una mera comparsa. Pese a él, el equipo puede lograr el ascenso. Esto ya lo tiene establecido un numeroso y heterogéneo grupo que sigue al Sporting.
Para que una idea arraigue con fuerza es necesario sostenerla con unas premisas sencillas y convenientemente repetidas durante un extenso período de tiempo. En el caso del Sporting se resumen en dos. Primera: el equipo rojiblanco tiene muchos jugadores muy buenos, los mejores de la Liga. Segunda: el nivel de la categoría es muy flojo. Por lo tanto, el ascenso es la consecuencia lógica, y no lograrlo sería un fracaso con el entrenador como gran responsable.
La discusión de esas premisas, claramente cuestionables, no cabe en ese nutrido sector rojiblanco. No hay más. O Sandoval asciende al Sporting o será un técnico fracasado de por vida que desperdició una oportunidad histórica. Quienes respaldan esas dos premisas se basan en la calidad de Scepovic, Lekic, Nacho Cases, Barrera o Cuéllar. Son periodistas y aficionados que cada domingo, convencidos, se van de El Molinón despachándose a gusto contra la escasa calidad de todos los rivales del Sporting.
Poco importa la caída del presupuesto rojiblanco y que varios clubes cuenten con economías similares en la confección de las plantillas. Tampoco importa que Sandoval se corrija a sí mismo y, por ejemplo, cuente con Sergio Álvarez: rápidamente aparece una pléyade de críticos censurándole por sus decisiones veraniegas, esas mismas que, según esa crítica general, hicieron que el Sporting contara con la mejor plantilla de la categoría. Sus apuestas tácticas, dicen, entorpecen el funcionamiento del equipo. Hay quienes nunca le van a reconocer un acierto. Se equivoca en los cambios, en los planteamientos, en la ubicación de los jugadores, en las ruedas de prensa. Representan la siguiente corriente: el Sporting va cuarto pese a Sandoval. Una derrota como la de Eibar sirve para atacar las bases de un proyecto que mantiene intactas las opciones de ascenso.
José Ramón Sandoval erró con frecuencia desde su llegada a Gijón. Le costó acertar en la pizarra, controlar el mensaje y mostrar más comprensión ante las críticas. La pasada temporada fracasó. El entrenador fue evolucionando a marchas forzadas. En Asturias no se ha caracterizado por ser un técnico especialmente cercano a la prensa. Pero, más allá de filias y fobias, ahora los datos objetivos le respaldan a falta del desenlace. Si el Sporting logra el ascenso en junio, Sandoval merecerá un gran reconocimiento. Sin premisas.