LA TEMPORADA DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL AFICIONADO
Cuando a finales de
agosto del año pasado, en los albores del verano gijonés, daba comienzo la
temporada 2012-13, en el seno de la afición rojiblanca había, por qué no
decirlo, un halo de esperanza, un deseo de que el paso por la 2ª división fuera
lo más efímero posible, de sólo una temporada; se creía que podríamos demostrar
sobre el terreno el hecho de tener uno de los presupuestos más altos de la
categoría. Más adelante se vio que era simplemente eso, un deseo.
Se iniciaba un nuevo
proyecto, con un nuevo equipo técnico y se volvía a confiar, después de 7 años
en un hombre de la casa para dirigir al equipo, Manolo Sánchez Murias. Ese
hecho, el volver a confiar en técnicos de Mareo, también gustaba.
Por otro lado, otra
parte de la afición, lo veía más crudo, dudaban de la capacidad de Manolo
debido a su corta experiencia como entrenador en el fútbol profesional: una
temporada incompleta en el Rácing de Ferrol en 2ª B, como continuación a su faceta
de jugador en dicho equipo, y otra temporada en el Sporting B, también en 2ª B.
Otros se preguntaban por qué, si se quería un técnico de la casa, no se había
confiado en Abelardo, que la temporada anterior había sido segundo entrenador
en la etapa de Clemente.
Algunos más, pedían
que se hubiera dado las riendas del equipo a alguien más experimentado, con más
carácter y poso, para dirigir un equipo recién descendido y con un vestuario no
tan unido como se quería dar a entender por parte del club.
Ufff. ¿Hasta cuándo llegaré? |
Por otro lado estaba
la plantilla, con las bajas importantes de los otrora: Botía, André Castro, Rivera, Eguren,
Colunga, del auto-defenestrado Barral y de los menos habituales Damián, Ayoze,
Luis Morán y Gálvez. Las caras nuevas: Mandi, David Rodríguez, Carmona, Sergio
Fernández y Hugo Vieira, junto al ascenso del filial de Landeira, Luis
Hernández y Alex Barrera. A las claras, más perdido que ganado.
A todo esto, le
daría o quitaría razones, ese inescrutable juez que es el tiempo; eso sí, lo
haría más pronto que tarde, más bien demasiado pronto.
He aquí lo que fue
esta temporada 2012-13 desde el punto de vista de un aficionado de la grada, de
la calle, de un sportinguista más.
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DECEPCIONANTE INICIO
Se iniciaba la temporada en Soria, en lo
que resultó un partido decepcionante y una vuelta a ese equipo desganado y sin
espíritu, que tantas veces habíamos tenido que sufrir jugando fuera de casa.
Con un bagaje de dos puntos en 5 partidos, con un Sporting sin una alineación
base y cambios continuos jornada tras jornada, que no mostraba ningún patrón de
juego claro, nada más que pelotazos a los delanteros a ver si la pillaban y una
defensa cometiendo error tras error, se empezaba a crispar el ambiente y a
decantar la balanza hacia el lado de los que dudaban de Manolo. Si a eso
sumamos, la deficiente preparación física de la pretemporada, manifestada en la
lesión de Lora desde el principio de temporada, el cuerpo técnico ya se
encontraba en el disparadero.
En los siguientes
partidos, pese a las victorias en el Templo ante Alcorcón y Villarreal, la
pésima imagen mostrada en las derrotas ante Girona y Barca B, con una debilidad
defensiva pasmosa, desencadenaron lo que ya era un hecho desde hacía semanas,
la rescisión del contrato a Manolo, que se había retrasado más por la falta de
un sustituto que por la toma de la decisión.
ILUSIONANTE NUEVO
COMIENZO…
Finalmente el
elegido para sustituir a Manolo fue José Ramón Sandoval, cuya experiencia se
ceñía a haber ascendido desde Segunda y luego mantenido en primera al Rayo
Vallecano. Su debut fue en el Molinón ante un Almería que venía en puesto de
ascenso directo. Lo que propuso Sandoval a su llegada fue que se iba a mejorar
el trato al balón, que quería que se sacara jugado desde atrás, sin pelotazos,
y, claro para este cesto faltaban mimbres. La pareja de centrales Iván y
Gregory con Mandi por delante provocaron muchos sustos y pérdidas en posiciones
muy peligrosas. Lo que sí se apreció fue una mayor intensidad en el juego, lo
cual podría ser esperable para agradar al nuevo míster.
Un detalle de este
partido, que hizo ver con qué poco se conforma esta afición, fue la ovación
cerrada que se ganó el míster cuando al saque de un córner por parte
almeriense, los tres delanteros se colocaron en la línea del centro del campo;
detalle cara a la galería que duró un partido (tampoco podría durar más, a qué
equipo visteis hacer algo así).
La victoria en
Valdebebas (marcada por una tontería de Jesé – cuanto aspirante a figurín pero
con cabeza hueca, imitador de otros y sin personalidad propia) parecía que
refrendaba la mejoría.
…DE MUY CORTA
DURACIÓN
Pero no fue más que
un espejismo y 4 puntos en los siguientes 6 partidos, volvían a dejar al equipo
en los puestos bajos de la tabla. Entre esos partidos, una derrota en el Molinón
ante la Ponferradina que nos ganó con muy poco y cuántas y cuántas veces
repetimos esto a lo largo de la temporada, puntos perdidos ante equipos a los
que no les veíamos nada; ¿no sería que teníamos que asumir que si ellos
tenían nada, nosotros teníamos un poco menos?
Por cierto, ese
partido se jugó en un viernes de noche, con mucha menor asistencia de
ponferradinos de la esperable: señores dirigentes, no os estáis dando cuenta de
que vais a acabar con las aficiones con estos horarios; queremos que vuelva
el fútbol de las cinco de la tarde del domingo, y el marcador simultáneo y el
Carrusel Deportivo.
En este periodo de
tiempo, ya se vería que acertar una alineación de Sandoval iba a ser más tarea
de adivinos que de futboleros, y cada semana nos deleitaba con alguna sorpresa.
ACIERTO INVERNAL
Uno de los pocos
detalles positivos de la temporada fue el movimiento de jugadores en el mercado
invernal. Por un lado la limpieza realizada con la baja de dos jugadores como
De las Cuevas y Carmelo, auténticas cargas negativas en el vestuario sportinguista,
por su falta de implicación y compromiso con estos colores y por su halo de
figuras engreídas. No volváis ni de visita.
Cristian Bustos |
Por otro lado, las cesiones de Bernardo y
Cristian Bustos, que mejoraron enormemente la calidad del juego defensivo, con
argumentos tan simples como buena colocación, claridad en la toma de decisiones
y la garra y pundonor tan necesarios en el fútbol. Y también positiva la subida
de Borja López al primer equipo, un jugador con un futuro muy prometedor, pero
necesitado de minutos junto a jugadores ya forjados en la categoría.
Tema aparte el de
Javier Casquero, cuya fichaje suscitó mucha polémica entre la afición, debido a
su edad, a su posible vinculación con Doyen Group a través de su representante
Juanma López y a la no intervención de Sandoval en la toma de la decisión. Mi
opinión fue desde el principio que aportaría la veteranía, el poso, el saber
estar necesario, sobre todo en la parcela central, para tomar decisiones
durante los partidos. Pero todo eso no lo pudimos ver hasta que la temporada
estaba ya decidida, y perdida, para el Sporting. Incomprensiblemente Sandoval
no hizo uso del talaverano en los momentos en que hubieran sido necesarias sus
características.
RENACEN LAS
ESPERANZAS
Sporting-Castilla |
Tras una serie de partidos irregulares,
predominando los empates (y una derrota contra el Racing en el Molinón de la
que hablaremos más adelante) y moviéndonos por los puestos medios de la tabla,Lugo, con apoyo de la afición en los exteriores del
Anxo Carro, refrendada con la de dos jornadas después en Alcorcón, gracias al
partidazo del Pichu Cuellar. En ocho partidos se consiguieron 6 victorias (tres
a domicilio) contra dos derrotas, con partidos como el del R. Madrid Castilla
en un Molinón que cosechó su mejor entrada, ganado a base de pundonor y coraje.
Uno de los aspectos que contribuyó a esta racha fue la continuidad del once
titular, parecía que Sandoval había dado con la tecla.
llegó una racha que nos hizo estar cerca de los puestos de promoción. Todo
comenzó con una victoria en Lugo, con apoyo
de la afición en los exteriores del Anxo Carro, refrendada con la de dos
jornadas después en Alcorcón, gracias al partidazo del Pichu Cuellar. En ocho
partidos se consiguieron 6 victorias (tres a domicilio) contra dos derrotas,
con partidos como el del R. Madrid Castilla en un Molinón que cosechó su mejor
entrada, ganado a base de pundonor y coraje. Uno de los aspectos que contribuyó
a esta racha fue la continuidad del once titular, parecía que Sandoval había
dado con la tecla.
VUELTA A LA CRUDA REALIDAD
Pero llega el
fatídico partido de Sabadell y la historia repetida en enésimas ocasiones de
encajar goles en los primeros minutos, y con los jugadores dando una imagen
de desgana y falta de implicación que no está a la altura del centenario escudo
que llevan en el pecho. Se arregla momentáneamente con una victoria en casa
ante un insulso Guadalajara y llega el partido de Ponferrada, en el que una
victoria nos hubiera metido de lleno en la lucha por el play-off. Un día en que
la localidad leonesa y el estadio del Toralín se tiñeron de rojiblanco y el
equipo volvió a no dar la talla, a pasearse por el campo temerosos, sin dar la
impresión de jugarse lo que se jugaban, sin nadie, una vez más que se echara el
equipo a la espalda y demostrara la grandeza de la entidad a la que
representan.
En Ponferrada se
acabó la temporada rojiblanca, la que muchos habían dado por acabada ya en la
jornada 1 y otros no lo hicieron hasta que lo ratificaron las matemáticas. Y
junto a ello, llegó la fractura definitiva de la afición con el equipo,
que ya venía germinando desde jornadas atrás.
FRACTURA CON LA
AFICIÓN
Varios hechos
acaecidos durante el tramo final de la temporada hicieron que una gran parte de
la afición sportinguista se manifestara en contra tanto del máximo accionista
José Fernández como del consejo de administración presidido por Manuel
Vega-Arango, antaño presidente del mejor Sporting de la historia (quién te ha
visto y quién te ve, amigo).
Tras la derrota en
el Molinón ante el colista Racing de Santander, en la jornada 24, en que los
jugadores y los dirigentes fueron despedidos con una sonora pitada, se convocó a través de las redes sociales
una concentración de aficionados en Mareo para poder manifestar la
disconformidad de un modo más cercano. Y cuál es la respuesta de club: cerrar
las puertas de la Escuela de fútbol de Mareo, de propiedad municipal, a la
afición del Sporting, a la misma que la mantiene con sus impuestos y, de modo
más directo, con sus abonos, entradas, etc. No se daban cuenta, pero estaban
desencadenando una guerra.
El partido contra el
Hércules en el Templo marca otro momento determinante, ya que tras la derrota
en Ponferrada el equipo es recibido con una pitada por buena parte de los
espectadores presentes (ya en número inferior a jornadas anteriores); pitada
que se mantuvo a lo largo del encuentro y se hizo unánime a la conclusión del
mismo tras una sonrojante derrota. Es cierto que el apoyo del público es muy
importante para ayudar a los jugadores a ganar los partidos, pero ellos mismos
con su actitud se ganaron esta pitada.
Así llegamos al
siguiente partido en el Molinón, contra el Córdoba. La afición, encabezada por
el grupo Ultra Boys había convocado una manifestación previa al partido en Casa
Aurora, para posteriormente acercarse a la puerta cero y continuar con la
protesta de modo pacífico. Recordemos que las manifestaciones en contra del
Consejo en la puerta cero ya habían empezado en el partido ante el Elche
(jornada 26). Todo transcurría con normalidad y, ante el aburrimiento del
partido, los UB decidieron recorrer distintos puntos de la grada, mediada la
segunda parte para animar al resto, profiriendo gritos en contra de la
directiva. Al finalizar el partido, y sin saberse muy bien por qué, las Fuerzas
de Seguridad cargaron contra los UB en el Fondo Joven y tras el partido, un
grupo de radicales intentó acceder al aparcamiento situado en los bajos del
Molinón y como resultado un empleado de la seguridad del club resultó herido.
Violencia llama violencia y mi opinión personal es que nunca se debe de usar
la violencia para conseguir nuestros objetivos, tanto en el fútbol como en
cualquier aspecto de la vida.
En el último partido
en casa, contra el Recreativo, se organizó una manifestación por parte de Ultra
Boys, Unipes y Tu fe nunca decaiga, a la que asistieron unas 2500 personas que
de modo pacífico y dando un enorme ejemplo de civismo, llegaron a la puerta
cero y una gran parte de ellos se quedaron en esa zona durante el transcurso
del partido, sin acceder al Molinón. Esta ha sido una de las estampas más
tristes que he vivido en el Templo, ese fondo sur vacío, lo cual debería de
hacer reflexionar a la directiva acerca de por qué se ha llegado a esta
situación; no creo que a ellos les guste perder el apoyo de la afición, con la
que se han llenado tantas veces la boca, alardeando de mareona.
RESUMEN
Con todo ello, se
llegó al final de una temporada que puede considerarse de fracaso absoluto, con
una planificación de la plantilla y de la pretemporada desastrosa, con un
comienzo de liga lamentable, un cambio de entrenador que mejoró lo anterior
pero no consiguió su objetivo, ni dar la regularidad necesaria al equipo,
cometiendo errores de bulto y tratando de justificar lo injustificable y
vendiendo humo en sus ruedas de prensa; y un final que nos está avisando de lo
que le puede pasar a este equipo si no se ponen soluciones rápidas en la
gestión. De todos los activos de este club, el más preciado es su afición y
están haciendo todo lo posible para perderla.
SEÑORES DEL CONSEJO:
DEJEN YA DE ENGAÑARNOS Y JUGAR CON NUESTRO DINERO Y NUESTROS SENTIMIENTOS.
DUEÑO DEL CLUB: SI
DE VERDAD QUIERE A ESTE EQUIPO, TOME DECISIONES, BUSQUE GESTORES ADECUADOS QUE
SEPAN Y BUSQUEN LO MEJOR PARA ESTA ENTIDAD CENTENARIA Y SI NO LO HACE VAYASE DE
UNA VEZ Y NO VUELVA NUNCA JAMÁS.
Y el año que
viene, lo que deberíamos de exigir es… bueno eso lo dejaremos para un próximo
artículo.
¿y ahora que les cuento yo a estos mientras me tomo una
sidrina?
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Por Antonio Tobías