martes, 22 de octubre de 2013

LA PEÑA QUINI (BARCELONA) EN MONTILIVI



Buenas a todos sportinguistas, soy Dani Risu de Barcelona y aquí os dejo mis vivencias del partido de Girona. Soy miembro de la peña ENRIQUE CASTRO QUINI, ya que conocí al presi de esa peña en el partido de la temporada pasada en Sabadell y me hice socio para compartir mis ideas y todo lo relacionado con el Sporting, porque aquí donde vivo solo hay Barça y Madrid.

Salimos de Barcelona rumbo a Girona a las 9:00 de la mañana para llegar temprano al hotel, allí nos encontremos con mas sportinguistas catalanes, estuvimos con Quini, una bellísima persona, muy familiar para que viera nuestra pancarta de la peña, y le encantó. Estuvimos charlando con él, luego bajo Sandoval también y más de lo mismo, muy buen trato, muy familiar todo, daba gusto, también vi por ahí a Rosety jaja, después vino el jugador gerundense Jofre Mateu a ver a Alberto al hotel. Tras todo esto fueron bajando grupos de jugadores, todos muy sociables, todo perfecto, accedieron a hacerse fotos sin problemas, más bien al revés con ilusión y ganas, luego salimos fuera del hotel y Sandoval y Quini le pidieron al equipo que se hicieran la foto con la pancarta.
Después de ahí nos despedimos, los jugadores fueron a hacer el típico paseillo y a nosotros, curiosamente, vino a vernos una peña del Girona jaja, se llaman “Els Immortals”, nos llevaron a su sede, y nos invitaron a cava bueno (un vermut de los buenos jaja) Hicimos muy buenas migas, recordando viejos tiempos, buenas batallitas futbolísticas, estuvimos de ronda en ronda, una gente espectacular en todo los sentidos, así tendría que ser el futbol, compartiendo las aficiones alegrías y nada de peleas ni gilipolleces. Nos despedimos deseándonos mutuamente suerte y nos dirigimos hacia el campo, para comprar las entradas y dejarnos las gargantas.
No sé por qué, pero nos metieron en una jaula al lateral del campo, donde estaban muchos más sportringuistas, venidos de todos lados... estuvimos gritando, animando todo lo posible, pero en los 10 minutos finales pasó la hecatombe, todo se fue al traste, pero bueno, lo vi más como suerte de ellos que desacierto nuestro, la verdad. Luego el detalle que me gustó fue ver al Stuka exhausto en el campo, pero vino a aplaudirnos, igual que Nachín Cases y otro más que no pude ver. Todos los demás se fueron a vestuarios, no me gustó nada, ya que al menos podían aplaudirnos, pero bueno, todo se entiende, el calentón de perder en los 10 últimos minutos jode muchísimo. Después salimos del campo, todo estuvo perfecto, sin peleas, nada de nada, y de ahí otra vez rumbo a Barcelona, que me tocaba trabajar de mañana, pero fue una gran vivencia y la repetiría siempre, eso sí, menos lo del resultado, eso lo cambiaría siempre jaja.
Saludos RISU

UN VASO MEDIO VACÍO...



Comprendo a los optimistas, incluso, comprendo a los que no los son tanto, intento comprender al resto, pero al que no entiendo, es al míster, aunque le comprendo. Entender y comprender, son dos términos distintos, términos que nos llegaran a sonar, como nos suenan los discursos y las ruedas de prensa, ¿por qué?, fácil, la primera, es igual que la última.
No comprendo porque hay que conformarse con lo que hay, con lo que somos, con lo que tenemos, ¿qué es mucho mejor el ambiente hostil y de pañuelos del año pasado?, parece que se echa de menos, o parece que el agua está llenando los tanques y que los maestros de las tortugas ninja, empiezan a aflorar. Nunca fui de las tortugas, me parecen animales, lentos, previsibles, apáticos y egoístas, pero menos de sus maestros. Como algunas personas, que creen tener la potestad y la exclusividad sobre la razón, cuando, aun sin demostrar nada, se refugian en la excusa, el tembleque y el despotismo.
Señor J.R, Gijón es una maravillosa ciudad, los que vivimos lejos, la echamos de menos, y vemos como quien tiene la mejor oportunidad, parece no querer aprovecharla, o al menos, las recetas, no son completas, no por falta de ingredientes y si de sazón. Hinche el pecho, y no la barriga, siéntase orgulloso de donde está, de su privilegio, de su oportunidad, la oportunidad, no de tener una estatua, pero sí de llenar unos corazones ávidos de alegrías.
La situación no es mala, para quien con desaliento, y de vivir en peores tiempos, quizás con exceso de optimismo, ve como las jornadas pasan y las soluciones no llegan. Soluciones o remedios, como si en un menú, esperáramos al postre, en vez de saborear plato a plato.

Sportinguistas, no hay nada perdido, ni ganado, pero prefiero ver un ejército de corderos mandados por un lobo, que un ejército de lobos, mandados por un cordero. A lo mejor no tenemos, ni lobos, ni corderos, pero tenemos una oportunidad, la de que alguien le explique a este señor, que los videos, se ponen antes, no después, que a los 10 minutos de cualquier partido, habrá ya cosas negativas, incluso, positivas, pero donde seguro que se sacan conclusiones, es en los descansos y hay que saber gestionar los resultados, ir a por el partido, controlarlo o mejorarlo, nunca salir peor. Gestión, de grupos, de equipos, eso es un entrenador, hay cosas que no se entrenan, como hay cosas y aptitudes, que no se aprenden, o se tienen o no se tienen. Basta ya de humildades, basta ya de disculpas, basta ya de discursos fáciles, ganar, ganar o ganar y sin miedo a nombrar a los culpables en las derrotas, ejerza de jefe que es por lo que le pagan, que parece que está en un equipo porque le tocó en sorteo. Y piense, piense en su carrera, porque de donde viene, es donde mejor va estar.

Golpe encima de la mesa, conjura de vestuario, apelar a espíritus pasados, aferrarse a algo, recuperar la senda de victorias, o mejor dicho, tenerlas y seguidas. Si somos una banda, una banda seremos, pero peligrosa, no de pipas y parques, si somos un equipo, como equipo a jugar, y si somos el Sporting, a vencer por los campos de España. Si somos de cantera, con la cantera al fin del mundo, pero, y con todos los respetos, un equipo que ganaba en el Bernabéu, que apretaba al Barça en su campo, que atormentaba al Sevilla, que arrollaba en Valencia, no puede arrastrarse por campos de 3000 aficionados, ni menospreciar el apoyo en la grada. Jugadores y Míster, esencia en vez de falacia, orgullo en vez de excusa, honor, en vez de alegría y satisfacción en vez de conformismo. De ti esperamos más. Puxa Sporting!!!





 Loren Castro