Ayer, pasada la
media noche, ósea Martes ya, segundo día a trabajar, después de unas
maravillosas vacaciones, me di cuenta de dos cosas.

Escuchaba como,
sin guion o directriz previa, cada uno hace su papel, tiene su personalidad, lo
que lo hace grande. Se oye al que critica, al que no se deja criticar, al que
apoya, a la que lo remata todo, al que pincha, al que maneja, a la que está a
la espera. Y por supuesto, se lee alrededor, comentarios, de los que no
participan, pero forman parte de él, quizás, la parte más importante.
Tod@s forman un bloque,
de color rojiblanco, de pasión, de honor y de orgullo, pero con la naturalidad
suficiente para no creerse más que nadie, para utilizar la humildad, con
carácter, pero sin ofensa, nadie dice, ``porque yo lo valgo´´, o ``que haríais
sin mí´´, se notan las ausencias, como si tod@s fuesen imprescindibles, se celebran las
victorias y se critican las derrotas, pero todo roza un gran optimismo, Siempre
es Sporting.

Juntos nacimos,
juntos crecimos y juntos estaremos...o no, pero una cosa tengo clara, la virtud
de esta gente está en su naturaleza, para unos pocos, frikis, para la mayoría,
gente que le gusta estar junta, gente del Sporting, gente sin complejos, sin
altivezas, pero satisfech@s
de lo que hacen y sobre todo, sin pretensiones más allá de pasar un buen rato
en buena compañía. ¿Por qué?, porque Sporting somos tod@s, no! porque Sporting somos much@s.
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