sábado, 7 de septiembre de 2013

ORGULLO SPORTINGUISTA...



Ser sportinguista es mucho más que seguir unos colores, que amar el fútbol y que acudir al estadio. Ser sportinguista es un sentimiento profundo de amor a la ciudad en la que hemos nacido, que nos ha visto crecer o que nos ha acogido con los brazos abiertos.

Significa llevar dentro un amor y respeto incondicional por todo aquello que esta magnífica ciudad nos ha ido regalando a través de los años: amistad, generosidad, agradecimiento, compromiso, y, todo ello, se manifiesta en esa ola de amor que nos invade cuando pensamos en nuestro equipo y que se convierte en reseña, en materialización de todo aquello que llevamos dentro y representa nuestro Gijón del alma.
El Sporting representa mucho más que unos preciosos colores rojiblancos, es el orgullo cristalizado de ser gijoneses y la forma de devolver a esta tierrina nuestra todo aquello que nos inspira y que nos ha enseñado este ser vivo, porque está vivo en cada uno de nosotros, al que adoramos, llamado Gijón.
Valores tan universales y tan únicos como el amor, la entrega, la solidaridad, el apoyo incondicional, pero también la tristeza cuando no asistimos a un triunfo que se escapa, no sólo a los chavales que juegan en el campo, sino a todos nosotros, que no hemos sabido catapultar todo nuestro potencial como hubiésemos querido. Pero incluso en momentos amargos como derrotas y descensos, sigue poniendo en valor nuestra forma de ser: generosos, honestos, nobles… porque eso somos los asturianos en general y esta magnífica ciudad en particular: gentes buenas, de nobleza probada, orgullosos de nuestra historia, conscientes de nuestro pasado glorioso, nunca fácil y también conocedores de tener en nuestras manos un futuro, a veces complicado, pero que sabremos impulsar y que resolveremos, como siempre lo hemos sabido hacer.


Ser sportinguista, en definitiva, es ser portador de unos sentimientos, de una forma de ser que nos hace sentirnos orgullosos y que siempre llevaremos por delante.

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